Olga Olivera-Tabeni
Una florista desobediente. Vídeo ensayo, de 22.14'. Tubos de ensayo, cromatografias, muestras de colores i semillas. Producido gracias a la ayuda de producción del Centre d'Art la Panera de Lleida, el CAN de Farrera i el CDAN de Huesca. 2019. Fondo MNAC. Museo Nacional de Arte de Cataluña. Depósito, Morera, museo de arte moderno y contemporáneo de Lleida.
Una florista desobediente es una apuesta por las plantas ruderales, y arvenses, también llamadas malas hierbas. Llego con éstas a través de la investigación de procesos judiciales de finales de la Edad Media, al encontrar la relación entre mujeres que fueron condenadas como brujas y los lugares que habitaron, muchos de los cuales hoy en día son espacios baldíos, "terrain vague" donde crecen este tipo de plantas. La comparativa se vuelve más que evidente: mujeres brujas, consideradas molestas a eliminar dentro de los modelos sociales controlados, a tierras y malas hierbas que también lo son consideradas. Unas supuestas brujas que eran condenadas, entre otros aspectos, por hacer uso de este tipo de plantas.
Desde una perspectiva histórica, me adentro en el mundo de las malas hierbas y lo que representan, la incomodidad que generan en los sistemas, de todo aquello que puede ser considerado diferente. Me cautiva su significado, que siempre tiene connotaciones políticas; una planta no es solo una planta, la botánica está cargada de matices conceptuales e ideológicos, que al pasar por el verismo de la ciencia, le otorga una hipotética y suntuosa pátina de objetividad.
Con una florista desobediente, creo un laboratorio de investigación abierto, que tiene como finalidad no solo el estudio de las formas, clasificaciones y taxonomías, sino también la investigación de aspectos conceptuales e ideas políticas. Un análisis de los matices y los colores de las plantas, de su cultivo, de la plantación, de la savia, de las cromatografías y de las semillas.
La "mala hierba" se convierte en este punto en una propuesta alternativa de cambio, gracias a sus notables capacidades de recuperación, renovación, aleatoriedad, austeridad, resistencia, adaptabilidad a las perturbaciones, proliferación y oportunismo. Los márgenes no equivalen necesariamente a carencias, sino que abren oportunidades. Conscientes de que aparecen donde menos lo esperamos, revelándose contra el orden y la estabilidad social, se propone dar un paso más allá desde la desobediencia del cultivo de malas hierbas, un poco como hacían las brujas en sus encuentros, consejos, reuniones o aquelarres. Se trataría tal vez, como han dicho estudiosos, de los lugares secretos y ocultos donde se reunían los campesinos y las campesinas, secretamente y de noche para planear la revuelta contra su señor. O las supuestas malas acciones, como las pedradas, tal vez acciones en contra de los poderes, una pedrada puede ser interpretada como una acción de desobediencia. O, sus supuestos polvos, mezclas de diferentes elementos de plantas, hierbas, sapos y vísceras de personas muertas, tal vez como mezclas heterogéneas antisistema, contra los modelos impuestos. Desde aquí es desde donde podemos proponer la construcción de un modelo alternativo, que nos permita imaginar posibilidades, en un momento en que urge repensar nuestros modelos de vida para enfrentar la crisis de nuestro mundo. Como subversión, en resistencia con los espacios administrados, de transgresiones, que se crean en los espacios liminares del sistema, en sus grietas y márgenes. Se trata de reunirnos para construir, reconstruir alternativas a nuestro modelo social, la curación a través de espacios, culturas y políticas ruderales de los males generados por el mundo capitalista.
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https://morera.paeria.cat/constellacions/obra/4894/
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